lunes, 7 de febrero de 2011

El Secreto para Crear un Buen Universo (Parte 2)

En el artículo anterior me detuve en la palabra “Reglas”. Al crear un universo para contar una historia, sea cual sea la temática, ya sea sobre caballeros medievales, policiales en los años 80 o invasiones alienígenas en un futuro distante, se crean ciertas condiciones para ubicar la trama y los personajes. Y dichas condiciones deben ser inamovibles e inmodificables, ya que si hiciéramos esto el poder creíble de lo que contamos pierde peso.

Muchas veces me dijeron “como puede ser que te guste Star Wars, ¡si es todo mentira! ¡Es re exagerada!”. Si, es cierto, las acciones y hechos de esa película claro que es un total invento, pero ¿Por qué a mí como a tanta gente le gusta, y hasta se obsesiona? Pues porque es un universo interesante y creado perfectamente con sus reglas establecidas. Si bien es completamente fantástico, en ningún momento encontramos alguna contradicción con respecto a las culturas, tecnologías o poderes inventados para sustentar la historia. Entonces cuando uno crea esos aspectos, luego no se pueden contradecir. ¿Qué hubiera pasado si, en El Regreso del Jedi, cuando Luke ve fallecer a su padre en sus brazos, llora y una lagrima que cae desde su mejilla sobre el cuerpo lo hace revivir? Sería una situación que realmente desentonaría con todo el resto de la película y la naturaleza de esa historia.

Generalizando un poco la idea de las reglas para un universo, dando un ejemplo genérico más burdo, si voy a escribir una historia de ciencia ficción y espero a la resolución final para involucrar poderes mágicos, lo más probable es que obtenga el rechazo del público y algunos abucheos acompañados de lanzamientos de pororó y gaseosas.

Tal vez comprender la idea de lo que son las reglas para un universo es sencilla; no así el hecho de crear esas reglas. Pero eso es algo que comentare en la tercer y ultima parte de esta trilogía. Continuara…

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